Buenos días, mañana es el Día de la Mujer, un día para reivindicar nuestros derechos.

En el mercado laboral las mujeres nos hemos encontrado con muchos obstáculos, en mi caso el mayor obstáculo con el que me he encontrado hasta el momento es la inexistente conciliación laboral que hay en España, es casi imposible trabajar a jornada completa, evolucionar en tu carrera y criar hijos, o renuncias en el terreno laboral  o no pasas tiempo con tus hijos.

Por este motivo cada vez son más las familias que optan por emprender desde casa, el trabajo «freelance» o autónomo permite una serie de ventajas en cuanto a conciliación como la ansiada flexibilidad horaria, el poder organizar tus proyectos alrededor de tu vida familiar y no al revés.

Trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Pero iniciar una actividad autónoma o trabajar desde casa despierta un montón de miedos en las familias, hoy María Rivera del blog Sobrevivir a trabajar en casa, nos habla de algunos de ellos y cómo los superó para iniciar su trabajo como freelancer, os dejo con ella.

Miedo a emprender desde casa

¿Miedo a emprender desde casa? Sí, yo también tuve esos miedos

¿Quieres saber un secreto que ningún empresario te diría? Todos los emprendedores tienen miedo a emprender; sin embargo, después de unos meses, buena parte de los miedos iniciales han desaparecido y, después de un par de años, no queda ninguno de aquellos miedos iniciales.

¿Qué, cómo lo sé yo? Pues porque yo era un mar de miedos cuando me planteé la posibilidad de emprender desde casa. Bueno, o mejor dicho, cuando esta oportunidad se presentó ante mí como la única alternativa de trabajo posible.

Echando la vista hacia atrás no me arrepiento y creo que mi decisión fue acertada, y la mejor prueba es que hoy no me veo trabajando de otra forma que no sea como freelance, con mi oficina en casa y horarios que me marco yo. Pero, siendo sincera aún me sorprendo de haber superado aquellos miedos y de haberme atrevido a dar un cambio radical a mi vida.

Puede que creas que exagero o que digo esto para ganarme simpatías, pero ese no es mi estilo, además, reconozco que los errores y las equivocaciones han formado parte de mi aprendizaje y están muy unidos a mi forma de entender el emprendimiento. Pero no lo voy a demostrar con palabras, sino entrando en materia y hablando sobre esos miedos que todo emprendedor tiene al comenzar.

Principales motivos de miedo a emprender desde casa

Imagino que tendrás una buena idea, que sabrás como ponerla en práctica, que habrás hecho tus análisis previos, quizás tengas experiencia en el sector… Pero, claro, una cosa es tener una idea, y otra es pasar a la acción y convertirlo en una idea de negocio rentable.

Si, por necesidad o motivación, estás pensando en emprender, seguro que varios de estos miedos te resultan familiares. ¡Hoy vas a descubrir que no eres el único! Yo también los tuve, y casi cualquier emprendedor se enfrenta a ellos, pero también vas a descubrir que no hay miedo a emprender que no se supere.

Miedo a no saber por dónde empezar

¿A quién pregunto? ¿Por donde empiezo? ¿Cuál es el primer paso? ¿Y el segundo…?” Son preguntas muy frecuentes, pero lo que da miedo es no saber dónde obtener las respuestas correctas.

Acabar con ese miedo tan común en los emprendedores es tan sencillo como buscar ayuda.

Sí, sí. Tenemos la fea costumbre de no preguntar por miedo al no, pero a veces es tan fácil como atreverse a preguntar y pedir ayuda. Tal vez la obtengamos y, si no, tendremos una certeza en lugar de un montón de dudas.

Con un poco de suerte (o, mejor dicho, con valor para pedir ayuda) te sorprenderá descubrir que alguien con experiencia está dispuesto a ayudarte y, si no, en todas las ciudades hay organismos locales, regionales y estatales que ofrecen información para emprender.

Miedo a no tener clientes

Perfecto. Los primeros pasos ya están dados y el proyecto ha comenzado a adquirir forma: ¡Ya no es solo una idea! Claro que ahora hay que ponerse a trabajar y, eso significa encontrar personas interesadas en tu trabajo.

Unido a este miedo suele aparecer otro que es el miedo a que el producto o servicio que se ofrece no sea atractivo para los clientes.

Este miedo se supera no perdiendo nunca las ganas de aprender, de analizar, de planificar.

Por un lado, hay que conocer bien los productos y servicios en particular, prestando especial atención a aquello que los clientes demandan y a cómo lo demandan. En definitiva, hay que analizar, medir y, sobre todo, escuchar.

Por otro, no hay una fórmula mágica para tener clientes, lo que si hay que tener claro es que los clientes no llegan solos, hay que salir a buscarlos. Así que lo primero es dejar la zona de confort y estar presente allí donde se espera que los posibles clientes buscarían los servicios o productos que tú ofreces. ¿Ejemplos concretos? Internet, las redes sociales, plataformas de servicios, ferias de profesionales…

Miedo a no saber cómo organizarte

El proyecto empieza a tener forma y los primeros clientes empiezan a llegar con sus demandas. ¡Ahora es cuando el gran reto! Enfrentarse a ser un emprendedor y, además, en muchos casos, compaginando con otras actividades, como pueden ser el cuidado de los hijos o, como fue mi caso, con el hecho de que al estar en casa no cualquier momento es bueno para trabajar.

Terminar con este miedo no es difícil si se tiene claro que hay que asignar un tiempo para cada cosa.

Sería perfecto poder llevarlo todo al día sin problemas, pero no es así. Así que lo primero que hay que hacer es buscar periodos de tiempo que se puedan dedicar al trabajo, a veces es mejor dedicar menos tiempo, pero de más calidad, que estar todo el día para realizar una tarea pequeña.

En este proceso es importante reconocer el momento en el que hay que aprender a delegar tareas, a decir que no cuando sea imposible dedicar tiempo o buscar alternativas si se desea seguir creciendo.

Un consejo que me gusta dar a quien comienza es que el tema de la organización del tiempo es muy personal, por ello: puedes buscar información, ideas, asesorarte, pero solo tú sabes cómo gestionar tu tiempo y cuáles son tus periodos más productivos, así que crea un horario a tu medida.

Miedo a no llegar a fin de mes

Tener un trabajo por cuenta ajena ofrece cierta tranquilidad económica de la que hay que despedirse al emprender. Eso es así. Los primeros meses son siempre bastante inciertos, en el mejor de los casos y siendo muy optimista, los ingresos apenas alcanzarán para cubrir los gastos.

Superar este miedo llevará varios meses, incluso años, dependerá del sector, de la actividad, de la economía, de los clientes… En mi caso ha habido periodos más estables que otros, pero para mantener cierto equilibrio siempre he llevado un estricto control de las cuentas, analizando muy bien cuándo era el mejor momento de invertir en equipos o materiales y, por supuesto, siguiendo una rutina de ahorro.

Miedo al fracaso

He dejado para el final el principal miedo del emprendedor: el miedo a fracasar. Es un riesgo que hay que afrontar, y entra dentro de las posibilidades de iniciar una actividad por cuenta propia, pero, en mi opinión: ¿Sabes qué da más miedo aún? No poner en marcha una buena idea solo por el miedo al fracaso.

Es cierto que emprender es un reto y que hay que superar muchas dificultades, pero también es verdad que ofrece ventajas tan interesantes como más facilidad para conciliar trabajo y familia o la posibilidad de desarrollarse profesionalmente en algo que realmente te motiva.

 

 

 

 

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2 comentarios

  1. Muy buen articulo, ayudar a las madres como emprendedoras es una excelente manera de conseguir que esas amas de casa puedan encontrar trabajo, y si pueden compaginar esta labor con el cuidado de sus hijos mucho mejor. Yo he realizado ciertos trabajos como freelance y he encontrado en la economía colaborativa de internet una manera para conseguir unos ingresos sin salir de casa, pues soy discapacitado.

  2. Es un artículo que hace pensar. Ayer recordaba el libro de Hemingway. Un libro de “imposible “ amor por la guerra. Pensaba en el miedo. Vivimos en una sociedad con miedo y el miedo reacciona con violencia, a la defensiva. Estados Unidos es una sociedad que se arma contra el miedo. Los viernes, viví, allí por breves temporadas en mi juventud, nos reuníamos los viernes para ver las películas de Kruger, llenas de miedo. Recuerdo en las playas de California sentarme a hablar con los que habían ido a Vietnam, tenían pesadillas, les sonaba en las noches “The Doors”, mientras bombardeaban. No podían dormir. Los “gigantes” policías golpeando “brutalmente” a los negros en las puertas de las tiendas de Times Square. El miedo cierra ventanas, puertas y fronteras. Las armas “vigilan” el miedo. Un saludo

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