El día que estoy enferma es el día que peor se portan.
No, en serio. No es que yo esté enferma y por eso me lo tomo todo peor. No.
Es que se han despertado a las 6:45 y a las 7:30 ya estaban peleándose. Se han peleado por todo lo que se podían pelear y ya cuándo no se les ocurría nada más se han pegado.
Este evento, que se peguen, no es nada habitual. Esto pasa a veces, pasa porque son hermanos y como dice el dicho «la confianza da asco» así que una o dos veces al mes alguno de los dos suelta la mano porque ya está harto de pelearse con palabras.
Hoy ha sido ese día y a mi me ha pillado con dolor de garganta y fiebre. Hecha mierda, siendo sincera. Han elegido el día perfecto para llevarse FATAL. No estoy yo para hacer de árbitro. Estoy más bien para coger palomitas y decir «Pues que se maten, a ver si aprenden»
Pero claro, no puedo. Así que venga a intervenir. Venga a mediar. La cabeza me explota ahora mismo.
Han venido mis suegros y ha sido casi peor (pobres, no tienen culpa) pero los tenía ya medio calmados y pluff a la mierda la paz otra vez. Se han peleado, peleado entre ellos, con los abuelos y conmigo.
Así que a la que se han marchado mi hijo me ha preguntado si puede jugar al Minecraft y he dicho un SI muy grande.
¿Que se ha portado fatal y no lo merece? Pues mira si, pero como la niña no tiene ningún interés por la videoconsola eso significa unos minutos en los que NO se van a pelear.
¿Que la videoconsola no es una niñera? Pues mira no, pero que yo hoy no estoy para cuidarlos y no tengo quien los cuide.
Estoy para meterme en cama y no salir en 3 días. Así que juzgadme si queréis pero voy a ver si me drogo lo suficiente para llegar a las nueve de la noche sin perder los nervios con ellos.
Esta tarde tenemos un cumple infantil, del mejor amigo del niño y realmente no podemos faltar. No sé cómo voy a soportarlo.
La maternidad es súper bonita menos cuándo tus hijos eligen el día que estás enferma para empezar una guerra.
Feliz sábado.