El post de hoy es una reflexión personal sobre machismo y sexismo en nuestra sociedad.
Yo misma he puesto en evidencia a través de redes sociales algún que otro anuncio sexista, algún titular de periódico que irradiaba machismo y es un tema que me ha dado mucho que pensar.
Tengo dos hijos de sexos opuestos y me veo en la obligación moral de educarlos en igualdad, tarea que a priori puede parecer sencilla pero no lo es.
¿Donde está la linea? si le compro a mi hija una taza rosa de las princesas Disney y a mi hijo una de Spiderman ¿estoy siendo sexista? ¿estoy fomentando un estereotipo machista?
Los leggins de niña llevan corazones y los de niño llevan cochecitos…
Las camisetas ponen mensajes como «la princesa de papá» o » el superheroe de mamá» y si las compro ¿estoy validando argumentos sexistas?
Yo creo que lo importante no es que mi hija lleve o no un vestido rosa o una camiseta de Spiderman, lo importante es que mis hijos sepan que son iguales.
Que su sexo no va a condicionar como van a vivir su vida y mucho menos como los voy a tratar o mis expectativas para su futuro.
Creo que muchas veces estos temas se tratan desde un extremo o el otro, yo sin embargo me siento en el medio, porque me han llamado machista en ocasiones y curiosamente me han llamado feminazi en muchas otras también.
Me han llamado Feminazi por defender el derecho de una mujer a decidir sobre su cuerpo sin que la llamen asesina.
A vestirse (o desnudarse) como y cuando le de la gana sin que digan que van provocando, a tener más de una pareja sexual sin que la llamen puta, por ejemplo.
Me han acusado de fomentar el machismo por defender el derecho de una mujer a quedarse en casa a cuidar de sus hijos y de su hogar, si es lo que quiere.
Lo defiendo porque me toca en primera persona y sinceramente estoy cansada de justificar que, ahora mismo, no necesito un trabajo fuera de casa para sentirme realizada como persona y eso no es machismo.
Que mi «carrera» (dependienta de telefonía móvil, ya ves tú) no es importante para mí, que para mi es una cuestión de prioridades en el núcleo familiar y no de sexo.
Mi marido no me está «manteniendo» sencillamente hemos hecho un reparto de tareas que en nuestra opinión ( que es la que importa) es justo.
Porque hemos pasado de un extremo al otro,
Hace 100 años de las mujeres se esperaba que fueran amas de casa y la que trabajaba fuera era una rebelde.
Ahora se espera que trabajemos, porque ser ama de casa no es feminista, ser una mantenida no reivindica los derechos de las mujeres.
Al parecer si te quedas en casa a educar a tus hijos porque te da la gana entonces eres una vaga y estás fomentando el machismo.
Esta sociedad considera imposible que seas feliz solo con ser madre y que cuando tus hijos crezcan te vas a quedar sin ninguna meta en la vida.
O que si por ejemplo tu marido te abandona no vas a saber valerte por ti misma… y esos argumentos son los que a mi entender son realmente machistas.
Porque esta gente da por hecho que si mi marido «me abandona» yo al ser una mujer que «no ha hecho otra cosa» que cuidar de sus hijos no voy a saber ganarme la vida.
Se da por hecho que cuando mis hijos se independicen me voy a quedar sentada en el sofá viendo telenovelas y llamándolos por teléfono para pedirles nietos que una vez más le den sentido a mi vida…
Me están encasillando en ese estereotipo de ama de casa de los años 20 que cuando se aburre lleva pasteles a los vecinos.
Pues bien, cada vez hay más amas de casa algunas voluntarias y otras forzadas por la crisis, pero aseguro que la mayoría estamos lejos de ser un estereotipo machista.
Somos mujeres informadas e independientes con las prioridades bien claras. Tan válidas como las madres trabajadoras y tan feministas como las demás.
Y hasta aquí mi más sincera opinión, no os olvidéis de comentar.
Siempre estoy abierta a buenos debates. Y como siempre digo si os ha gustado, compartid en vuestras redes sociales, gracias por leer.