
En el post anterior hablé un poquito de la disciplina positiva y como la gente lo equipara a dejarle hacer al niño lo que le da la gana, nada más lejos de la realidad.
En realidad se basa en establecer con el niño límites firmes, claros (de ser posible consensuados) y dejar pasar las consecuencias naturales o aplicar las consecuencias lógicas SIEMPRE.
Un ejemplo; Tu hijo decide tirar toda la comida de su plato al suelo.
- Consecuencia natural: No hay nada más para comer porque lo ha tirado todo al suelo
- Consecuencia lógica: Tendrá que limpiar el suelo ya que ha sido él quien lo ha ensuciado
Algo que veo muy a menudo es a madres justificando conductas de sus hijos con un » aún es muy pequeño».
Mi hija pequeña tiene 18 meses, si mancha algo me pide una toallita (señalando porque casi no sabe hablar) para limpiarlo.
Si está comiendo algo y no quiere más lo tira a la papelera, hay que dejar que asuman responsabilidades de sus actos.
No todas las acciones tienen consecuencias naturales o si las tienen no nos interesa dejarlas pasar porque ponen en riesgo a nuestros hijos.
Un ejemplo que me pasa con mi hijo cuando vamos al parque, se pone a chupar los columpios o las escaleras del tobogán…
Tiene 3 años y medio, sabe que no debe chupar cosas. La consecuencia natural de ese comportamiento sería que pillase una infección o una enfermedad, algo que evidentemente no estoy dispuesta a que pase por lo que lo único que me queda es marcar el límite y cumplir la consecuencia lógica.
Al llegar al parque le digo » si chupas los columpios nos iremos a casa» y efectivamente en cuanto lo hace nos marchamos sea a los 5 minutos o a los 25, entre llantos y patadas pero nos vamos.
Hay gente que equipara esto a un castigo, no lo es, un castigo sería por ejemplo sentarlo en un banco «a pensar» mientras su hermana sigue jugando, o decirle que como ha chupado el tobogán se queda sin cuento o sin plastilina o sin tele, o sin chuches.
Tengo confianza en que pronto dejará de hacerlo pero en todo caso lo deje de hacer o no, la lección es que mamá y papá han marcado un límite y lo cumplen SIEMPRE.
Aprovecho este post para anunciar una nueva COLABORADORA del Blog, se trata de la Psicologa Sara Otero especializada en Terapía Familiar, que nos traerá algunos artículos muy interesantes.
Os dejo con Sara y su presentación de la disciplina positiva.
Debería empezar presentándome. Mi nombre es Sara Otero. Soy psicóloga y terapeuta familiar.
La casualidad, la suerte o el azar, ha querido que me encontrara con esta madre que dedica parte de su tiempo a leer, aprender, escribir y practicar la disciplina positiva y la crianza respetuosa.
Me ha ofrecido colaborar en este blog y por supuesto no he dudado en ponerme a escribir sobre ello.
La disciplina positiva se basa en el entendimiento , en la comunicación, en la comprensión, en la empatía y en el amor. Con esa receta ¿Quién puede decir que no a practicarla y aprender sobre ella?
Los padres y otros educadores que utilizar este tipo de disciplina intentan mantenerse a medio camino.
A medio camino entre la permisividad y la severidad. se tarta de ser una figura de enseñanza tolerante, flexible y respetuosa. Se trata al fin y al cabo , de ser amable y firme al mismo tiempo.
Esta manera de actuar da la posibilidad a los padres de entender las conductas de los pequeños de la casa. Esto significa, entender también aquellas conductas no adecuadas o menos ajustadas. Permite también analizarlas en positivo para eliminarlas, reconducirlas o modificarlas desde el respeto, el cariño y el entendimiento.
Los padres y educadores que optan por este método educativo, tendrán siempre una meta a largo plazo; la mirada puesta siempre en el futuro. De esta forma estarán enseñando a sus niños a ser independientes y responsables. Lograrán para ellos una buena autoestima y todo esto siendo ellos mismos sus adultos de referencia, su mejor modelo a imitar.
Sara Otero
Muchas Gracias Sara, por ayudarnos en esta complicada búsqueda del termino medio, espero impaciente tu próxima aportación.
Como siempre gracias por leerme y si os ha gustado compartid en vuestras redes sociales.
Hola. Mi hija tiene 3 años y 9 meses. Sigue durmiendo la siesta y necesitamos que lo haga. Todos los días de cole, al salir paramos 5 minutos en un miniparque que hay de camino a casa. Le explico que tiene 5 minutos para jugar y que cuando suene el timer tendrá que recoger y nos iremos, y que el tiempo que emplee de más se le resta del día siguiente. Alguna vez hasta se ha quedado sin parque, se enfada pero como sabe por qué va tragando. El problema estriba en cuando hace bueno y aparecen más niños. Cuando es viernes no tengo inconveniente en que juegue más rato, porque al día siguiente no hay cole ni tiene actividades por la tarde, aún así es dificilisimo sacarla del parque cuando suena el parque, avisándola y todo. Y si es otro día y no podemos quedar empieza a escaparse…no quiero andar corriendo detrás de ella, pero ya van dos veces que la saco a rastras y la llevo a casa en volandas (teniendo que volver a casa a por las cosas), y siento que esa no es la manera, y que tiene las patas cortas porque de hecho casi no puedo con ella ya… ¿Algún consejo?
Hola Begoña, desde mi humilde perspectiva de padre que intento aplicar la DP, creo que 5 min no son muy razonables para estar en un parque, entre que va al columpio, tobogán no le da tiempo. Yo negociaría con ella que los vienres y otro día que suelen estar más niños se quedará en el parque más tiempo. El resto de días no habría parque ya que 5min no los va a aprovechar.